martes, enero 03, 2006

Edificio de cristales 30/10/1997


     Yo siempre que hablo de Melilla, como habrán podido comprobar, lo hago con amor recordando aparte de que mis seres queridos  reposan en la Purísima, mi niñez y primera juventud las pasé en ella. Cuando paseo por el centro observo los cambios en las calles, bueno, los cambios de alguna que otra rotulación de nombres que los políticos de turno, aprobado por mayoría de ellos, supongo, hacen.
     Y como soy un poco-mucho ignorante en los temas u ordenanzas municipales me gustaría saber si existe alguna ley donde diga que un propietario de un edificio cualquiera pueda  cometer un atentado en la fachada del mismo y los munícipes se lo permitan por su bella cara, que quizás no sea tan bella.
Verán, todo el mundo conoce el famoso edificio de cristales que existe en la esquina de las calles Prím y  Málaga o Arturo Reyes  o Abdelkader Ben El Hach Tieb, que ya me gustaría saber porqué a nuestra hermana mayor, Málaga, no le han vuelto a dedicar una calle hermosa como ella nos la tiene aquí, y no el callejón escalonado de Castelar a padre Lerchundy. El Paseo Marítimo Ciudad de Melilla, fue como decir: esto es para mi hermana chica africana, porque la quiero y se lo merece, por estar al otro lado del mar, tan sola a veces, como en el V Centenario, que no fue nadie a brindar por otros quinientos años mas, y porque a mí tampoco me hacen ni puto caso con el dichoso AVE que le va a costar a mi  Alcaldesa mas disgustos que placeres. No creo que Málaga nos quite ese Paseo Marítimo y nos  meta en un callejón entre dos bloques de pisos de los muchos que se construyen en la ciudad. Tengo que decir en honor a la verdad que el Señor Rajoy, Ministro de Administraciones Públicas lo vi en el Puerto el día de las luces y las sombras con los fuegos artificiales y lo vi muy buena gente, rodeado de las autoridades de la ciudad. Pero a mí, por lo menos, no me valió. Supongo que a mucha gente le supo a poco la representación y esperaban a su jefe de Gabinete o a nuestro Rey Don Juan Carlos I. Conste que es solamente una opinión muy particular de éste  que les escribe. Y para no desviarme del tema que lo llevo ya hace tiempo en mente, diré que en el mes de Septiembre, o sea, hace ná y menos, pude ver otra vez el hermoso edificio acristalado pintado de un color gris absurdo, tan absurdo como el que ordenó pintarlo e hizo  tal desaguisado urbanístico. Y lo digo con toda mi alma y creo que muchos en la ciudad pensarán como yo. Cómo es posible pintar toda una fachada acristalada  y quedarse tan pancho. Un amigo me comentaba que parecía que estabamos en guerra en espera de un bombardeo, yo no lo creo así y lo que pienso es que han cometido un atentado urbanístico y las autoridades, que para eso  son, debieran haberle puesto coto a la mamarrachada pinturera. Por si no lo sabe el promotor pinturero existen unas cuchillas enfundadas en un manguito de plástico que rascan la mar de bien,  y si ve que es mucho currelo pues que emplee a los cristaleros y cambie todos los ventanales, así habrá trabajo para alguien, que está la cosa mu achuchá, como decía mi agüelo. Bromas aparte, el Ayuntamiento debiera tomar cartas en el asunto y resolverlo lo mejor que se pueda sin dañar a nadie, pero que la ciudad siempre salga beneficiada en su arquitectura urbanística. Con lo bonito que estaría de la forma original. Reciban un saludo.

                                                                                                  Málaga 30 de Octubre de 1997