miércoles, enero 04, 2006

No hablo de política 19/05/1998

Cuando empecé a enviar cartas de recuerdos de Melilla a éste periódico me hice una pequeña promesa que hoy voy a romper por una fuerza mayor. Lo que me propuse era no dedicar ni un párrafo a la política local ni a la nacional, primero porque hay gente muy preparada que son únicos en el arte de hacer política y segundo porque no la sigo puntualmente, ya que mi residencia no es en Melilla sino en esta otra orilla.
Hoy rompo mi promesa con un pequeño comentario sobre la celebración del pleno, el de la moción de censura, con los edíles enfrascados en una discusión , que mucha gente compararía erróneamente a una pelea de patio de vecinos, corralón o corrala en plan sainete, con el respeto y el cariño hacia los vecinos que viven en esos patios, que para muchos son tan entrañables. Estoy seguro de que estos vecinos no se dan las dentelladas en la yugular como las que pudimos ver que se pegaban los representantes del pueblo de Melilla. Les juro que sentí vergüenza ajena cuando ví la escandalera que armaron en el salón de plenos, y eso que la televisión solamente emitió pocos minutos. Me imagino a los melillenses de buena fe que votaron a este señor transfuga, practicante del transformismo, que lo mismo se cambia de partido que se alía con sus adversarios amonestados por sus respectivos jefes de Madrid, me refiero al que señalaba al actual, o sea, al anterior, al del PP, a su jefe, al que salió de las urnas, de verdad que lío. Bueno para que me entiendan quiero decir al último, al que parece ser que, de momento está de cascarilla hasta que se pronuncie algún Alto Tribunal de la Villa y Corte. A ese señor se le pudo ver gesticular con los brazos como queriéndole quitar el bigote a su clónico político, de verdad que era para sentir bochorno y vegüenza.
Yo que soy como he dicho antes, un neófito en política, pienso como un españolito mas de entre la gran masa silenciosa y me hago la siguiente reflexión: Cómo es posible que se produzca ese esperpento político en una ciudad como Melilla en el mismo año que se cumplen 500 de su españolidad. No podía haberse aguantado el otro, el que desea lo que tiene el primero, o sea el sillón y la vara de mando con dos borlas y pensó en su ciudad y en la imagen que le están dando al resto del País. Les puedo asegurar, como mucha gente en la Península, que dieron una muestra de lo que es hacer el ridículo ante tanta gente, fue de pena.
Otra pregunta curiosona que me hago, y perdonen mi ignorancia, es si desde el preciso momento en que, el que deseaba arrancarle el bigote al genuino y elegido por el pueblo, está cobrando, como alcalde-presidente de la Comunidad, de las arcas públicas o no, o renunció al sueldo en cuanto lo eligieron sus adversarios, que luego fueron cesados, o siguen en sus sillones que sirven para sentirse uno mas cómodo, poltronas le llaman algunas lenguas afiladas, de poltronear, haraganear, etc. . Mejor es tomarlo por el lado bueno y pensar solamente que en mi ciudad, Melilla, los políticos se llevan como hermanos de la caridad y son practicantes del altruismo, filantropía, abnegación, sacrificio, fraternidad, caridad, para qué seguir y no del egoísmo y egolatria política como otros, que no renuncian como ediles al protagonizar esos escándalos tan bochornosos que denigran el buen nombre de la ciudad que tienen el honor de ser los garantes elegidos por sus conciudadanos.
De momento yo les impongo el castigo, de mentirijillas claro está, de estar para los restos de sus luengas y dilatadas vidas sin pisar el palacio de Enrique Nieto, si éste levantara la cabeza como Don Cándido Lobera y vieran lo verbeneros que son estos señores, yo creo que la cara se les enrojecería un poco. Luego enviaría cada mochuelo a su olivo, o sea a sus antiguos puestos de trabajo tan dignos que tenían. El mecánico o chofer a su taller, el médico que cumpla con el juramento que le hizo al señor Hipócrates y se vaya a cuidar a sus enfermos, el guardia a cuidar del orden, el maestro a su sagrada docencia, y que todos recuerden con cariño su paso por la política como la etapa mas fructífera de sus vidas. Qué les parece, ya lo sé, es una quimera, pero por lo menos se han enterado de que un paisano que vive en esta otra orilla y siente la ciudad con toda su alma se enfadó muchísimo con todos ellos. Ya se me ha pasado y desde aquí les envío un cordial saludo deseándoles lo mejor para el 5º Centenario de nuestra Ciudad Autónoma.