domingo, enero 08, 2006

Ordóñez 19/05/1998

El d¡a 3 de Junio, viendo el programa de televisi¢n "La 
m quina de la verdad" del periodista Juli n Lago, donde la 
protagonista, cobrando, seg£n tengo o¡do, por estar sentada y 
aguantar las dentelladas de las plumas-lenguas afiladas, como 
las de Karmele Marchante o Merchante y Mari¤as, ‚ra Carmen 
Ordo¤ez, ex de Paquirri, ex del segundo marido y residente en el 
amable vecino de enfrente, tal y como figuraba en los carteles 
turisticos, junto al desierto, gust ndole el polvo del mismo, 
seg£n manifest¢ sonriente. Sobre el polvo del desierto, Mari¤as 
jug¢, al menos me lo pareci¢, con la palabra polvo, no el 
polvo del camino del Roc¡o y aludiendo a personajes de la alta 
sociedad marroqu¡ y las connotaciones que tienen que ver con su 
separaci¢n, tengo que hacerle algunas manifestaciones, gratuitas, 
yo no cobro, como las que dijo ella, cobrando ?, sobre mi ciudad, 
Melilla. Cuando Juli n Lago le pregunt¢ si ella encabezar¡a una 
hipot‚tica marcha verde sobre las ciudades de Ceuta y Melilla, 
para as¡ apoderarse Marruecos de las dos ciudades hermanas, sin 
ning£n rubor ni vergenza torera, de ‚sta debiera tener mucha, y 
echandose hacia atr s la melena, como si no tuviera ninguna 
importancia, le contest¢ que si Espa¤a, su pa¡s, reclama 
Gibraltar, Marruecos puede hacerlo con las ciudades de Ceuta y 
Melilla. As¡, lisa y llanamente, se salt¢ a la torera 500 a¤os de 
historia espa¤ola en el norte de Africa. Se erigi¢ en 
historiadora pobretona e ignorante, porque esa fu‚ la impresi¢n 
que di¢ en millones de espectadores dando por sentado que el tema 
de Gibraltar y nuestras ciudades africanas tienen un paralelismo 
que las comparar¡a a la hora de que Inglaterra NOS DEVUELVA el 
Pe¤¢n, lease en may£sculas para diferenciar los dos temas. Juli n 
Lago le record¢, muy sut¡l, como lo suele hacer siempre y con un 
gesto de incredulidad, que c¢mo una militante de los guerrilleros 
de Cristo Rey, tan conservadora, tan derechona y tan patriota 
‚lla, pod¡a hacer semejante declaraci¢n, le vino la frescura, o 
sea que se qued¢ tan ricamente y con la sonrisa fresca de pi¤os 
blancos, toda inocente, a la inocencia tambi‚n los protege Dios, 
al igual que a los idiotas e imb‚ciles, con todos mis respetos, 
comprensi¢n y amor hacia ellos. Comprenderan que de inocente, la 
se¤ora ex de Paquirri y del segundo tambi‚n, no tiene nada de 
nada.
No s‚ si es sedici¢n, felon¡a o falta de cultura e 
ignorancia de la historia, mas bi‚n ‚sto £ltimo, lo que oblig¢ a 
la se¤ora de ex Paquirri y ex del segundo, no recuerdo su nombre, 
a manifestarse de la forma que lo hizo sobre nuestras ciudades. 
Supongo que ‚sta se¤ora no leer  los peri¢dicos, solamente la 
prensa del latidor de sangre, que es la que le reporta, seg£n 
Karmele, qu‚ lengua ten¡a la Karmele, buenas pelas, pero por si 
acaso le llega ‚ste diario con nombre de la ciudad que no le 
importar¡a ver en manos del pa¡s que tanto le gusta y se quedar¡a 
toda la vida en ‚l, me voy a permitir, seg£n me ampara el ser 
espa¤ol y de Melilla y sentirla en todo lo mas hondo de mi 
coraz¢n de espa¤ol, hacerle solo una recomendaci¢n: se¤ora Carmen 
Ordo¤ez, ex de paquirri y ex del segundo, perd¢n, sigo sin 
recordar el nombre, le recomiendo eche un vistazo a la historia y 
vea las fechas de 13 Abril 1498, 1 Mayo 1498, 7 Junio 1556, 9 
Diciembre 1774 , 24 Agosto 1859, 25 Abril 1861, 26 Junio 1862, 14 
Noviembre 1863. Todas ‚stas fechas son de tratados, firmas y 
acuerdos entre su pa¡s, Espa¤a, y el que usted tanto admira y 
quiere, y al que yo respeto, al pueblo llano y oprimido que es el 
que sufre el retraso de la historia, por supuesto. Pero la fecha 
que deseo que mas recuerde es la del 15 Septiembre de 1497, 
cuando de San Lucar de Barrameda, muy cerca del pueblo de su 
primer marido, parti¢ una flotilla de barcos para conquistar 
Melilla unos dias mas tarde. Para desarrollar ‚stas fechas y 
usted se enterara de la verdadera historia de su pa¡s, Espa¤a, 
como ver  le estoy repitiendo Espa¤a porque, seg£n usted es muy Špatriota (patriotera), necesitar¡a muchos folios y alg£n que otro 
consejo profesional de historiadores, pero le voy a ense¤ar un 
poco de mi modesta cosecha sobre la ciudad que me vi¢ nacer, que 
es espa¤ola mucho antes de que el amable vecino de enfrente se 
configurara como naci¢n.
Se¤ora Ordo¤ez, no pensaba enriquecerla con ‚ste granito de 
arena, ¡nfimo en la historia de mi ciudad, pero debe saber que la 
historia de una ciudad es el espejo donde se refleja la 
idiosincrasia amasada durante siglos en los crisoles de su 
cultura, y Melilla, se¤ora Carmen Ordo¤ez, tiene un crisol donde 
se funden constantemente varias culturas, la occidental o 
espa¤ola peninsular, la isl mica, a la que usted se pasar¡a 
sintiendo el peso de su Virgen del Roc¡o y su Macarena. Le 
recuerdo que la cultura a la que usted se convirtiera le pasar¡a, 
a corto plazo, minimo plazo, una factura por las prebendas de 
nuestra cultura occidental, y el polvo del desierto se esfumar¡a 
como por encanto, y pasar¡a a engrosar la lista de las sufridas 
f‚minas isl micas. Pero siguiendo con el crisol de cultura de mi 
ciudad, adem s de la occidental e isl mica, existen la jud¡a y la 
hind£. Y sin otro particular, le recuerdo la lectura de la 
historia de su pa¡s, le prometo que es riqu¡sima, y cuando le d‚ 
la vena de hacer declaraciones con tintes de sedici¢n fel¢nica, 
pongase el reloj o un anillo en la mano contraria, as¡ no se le 
olvidar . Me parece que en Melilla, a pesar de su melena y su 
glamour tan chic de revistas del latidero de sangre, no es bien 
recibida. Con todo lo escrito, mi voto es de los que no desea 
verla paseando por la Avenida Juan Carlos I Rey. Se¤ora Ordo¤ez, 
siga con su polvo del desierto y deje a Melilla donde est , que 
bastante lleva padecida en sus carnes para que usted venga a dar 
el co¤azo con sus declaraciones de ni¤a bien.



Una sombra ladina/ se pasea por Melilla./ Rusadir, con sus 
muros de piedras, / llora en silencio l grimas de pena./ Ve c¢mo 
espa¤oles hermanos,/ van apagando su luz peninsular./ El 
entreguismo lo apoyan,/ mientras algunos ahogamos la rabia,/ a 
otros les afloran las risas de sarc smo./ En los jardines de 
Melilla/ no entienden la pesadilla./ Sus flores en primavera/ le 
cantan a Melilla entera.
Juan Aranda