Ordóñez 19/05/1998
El d¡a 3 de Junio, viendo el programa de televisi¢n "La
m quina de la verdad" del periodista Juli n Lago, donde la
protagonista, cobrando, seg£n tengo o¡do, por estar sentada y
aguantar las dentelladas de las plumas-lenguas afiladas, como
las de Karmele Marchante o Merchante y Mari¤as, ‚ra Carmen
Ordo¤ez, ex de Paquirri, ex del segundo marido y residente en el
amable vecino de enfrente, tal y como figuraba en los carteles
turisticos, junto al desierto, gust ndole el polvo del mismo,
seg£n manifest¢ sonriente. Sobre el polvo del desierto, Mari¤as
jug¢, al menos me lo pareci¢, con la palabra polvo, no el
polvo del camino del Roc¡o y aludiendo a personajes de la alta
sociedad marroqu¡ y las connotaciones que tienen que ver con su
separaci¢n, tengo que hacerle algunas manifestaciones, gratuitas,
yo no cobro, como las que dijo ella, cobrando ?, sobre mi ciudad,
Melilla. Cuando Juli n Lago le pregunt¢ si ella encabezar¡a una
hipot‚tica marcha verde sobre las ciudades de Ceuta y Melilla,
para as¡ apoderarse Marruecos de las dos ciudades hermanas, sin
ning£n rubor ni vergenza torera, de ‚sta debiera tener mucha, y
echandose hacia atr s la melena, como si no tuviera ninguna
importancia, le contest¢ que si Espa¤a, su pa¡s, reclama
Gibraltar, Marruecos puede hacerlo con las ciudades de Ceuta y
Melilla. As¡, lisa y llanamente, se salt¢ a la torera 500 a¤os de
historia espa¤ola en el norte de Africa. Se erigi¢ en
historiadora pobretona e ignorante, porque esa fu‚ la impresi¢n
que di¢ en millones de espectadores dando por sentado que el tema
de Gibraltar y nuestras ciudades africanas tienen un paralelismo
que las comparar¡a a la hora de que Inglaterra NOS DEVUELVA el
Pe¤¢n, lease en may£sculas para diferenciar los dos temas. Juli n
Lago le record¢, muy sut¡l, como lo suele hacer siempre y con un
gesto de incredulidad, que c¢mo una militante de los guerrilleros
de Cristo Rey, tan conservadora, tan derechona y tan patriota
‚lla, pod¡a hacer semejante declaraci¢n, le vino la frescura, o
sea que se qued¢ tan ricamente y con la sonrisa fresca de pi¤os
blancos, toda inocente, a la inocencia tambi‚n los protege Dios,
al igual que a los idiotas e imb‚ciles, con todos mis respetos,
comprensi¢n y amor hacia ellos. Comprenderan que de inocente, la
se¤ora ex de Paquirri y del segundo tambi‚n, no tiene nada de
nada.
No s‚ si es sedici¢n, felon¡a o falta de cultura e
ignorancia de la historia, mas bi‚n ‚sto £ltimo, lo que oblig¢ a
la se¤ora de ex Paquirri y ex del segundo, no recuerdo su nombre,
a manifestarse de la forma que lo hizo sobre nuestras ciudades.
Supongo que ‚sta se¤ora no leer los peri¢dicos, solamente la
prensa del latidor de sangre, que es la que le reporta, seg£n
Karmele, qu‚ lengua ten¡a la Karmele, buenas pelas, pero por si
acaso le llega ‚ste diario con nombre de la ciudad que no le
importar¡a ver en manos del pa¡s que tanto le gusta y se quedar¡a
toda la vida en ‚l, me voy a permitir, seg£n me ampara el ser
espa¤ol y de Melilla y sentirla en todo lo mas hondo de mi
coraz¢n de espa¤ol, hacerle solo una recomendaci¢n: se¤ora Carmen
Ordo¤ez, ex de paquirri y ex del segundo, perd¢n, sigo sin
recordar el nombre, le recomiendo eche un vistazo a la historia y
vea las fechas de 13 Abril 1498, 1 Mayo 1498, 7 Junio 1556, 9
Diciembre 1774 , 24 Agosto 1859, 25 Abril 1861, 26 Junio 1862, 14
Noviembre 1863. Todas ‚stas fechas son de tratados, firmas y
acuerdos entre su pa¡s, Espa¤a, y el que usted tanto admira y
quiere, y al que yo respeto, al pueblo llano y oprimido que es el
que sufre el retraso de la historia, por supuesto. Pero la fecha
que deseo que mas recuerde es la del 15 Septiembre de 1497,
cuando de San Lucar de Barrameda, muy cerca del pueblo de su
primer marido, parti¢ una flotilla de barcos para conquistar
Melilla unos dias mas tarde. Para desarrollar ‚stas fechas y
usted se enterara de la verdadera historia de su pa¡s, Espa¤a,
como ver le estoy repitiendo Espa¤a porque, seg£n usted es muy Špatriota (patriotera), necesitar¡a muchos folios y alg£n que otro
consejo profesional de historiadores, pero le voy a ense¤ar un
poco de mi modesta cosecha sobre la ciudad que me vi¢ nacer, que
es espa¤ola mucho antes de que el amable vecino de enfrente se
configurara como naci¢n.
Se¤ora Ordo¤ez, no pensaba enriquecerla con ‚ste granito de
arena, ¡nfimo en la historia de mi ciudad, pero debe saber que la
historia de una ciudad es el espejo donde se refleja la
idiosincrasia amasada durante siglos en los crisoles de su
cultura, y Melilla, se¤ora Carmen Ordo¤ez, tiene un crisol donde
se funden constantemente varias culturas, la occidental o
espa¤ola peninsular, la isl mica, a la que usted se pasar¡a
sintiendo el peso de su Virgen del Roc¡o y su Macarena. Le
recuerdo que la cultura a la que usted se convirtiera le pasar¡a,
a corto plazo, minimo plazo, una factura por las prebendas de
nuestra cultura occidental, y el polvo del desierto se esfumar¡a
como por encanto, y pasar¡a a engrosar la lista de las sufridas
f‚minas isl micas. Pero siguiendo con el crisol de cultura de mi
ciudad, adem s de la occidental e isl mica, existen la jud¡a y la
hind£. Y sin otro particular, le recuerdo la lectura de la
historia de su pa¡s, le prometo que es riqu¡sima, y cuando le d‚
la vena de hacer declaraciones con tintes de sedici¢n fel¢nica,
pongase el reloj o un anillo en la mano contraria, as¡ no se le
olvidar . Me parece que en Melilla, a pesar de su melena y su
glamour tan chic de revistas del latidero de sangre, no es bien
recibida. Con todo lo escrito, mi voto es de los que no desea
verla paseando por la Avenida Juan Carlos I Rey. Se¤ora Ordo¤ez,
siga con su polvo del desierto y deje a Melilla donde est , que
bastante lleva padecida en sus carnes para que usted venga a dar
el co¤azo con sus declaraciones de ni¤a bien.
Una sombra ladina/ se pasea por Melilla./ Rusadir, con sus
muros de piedras, / llora en silencio l grimas de pena./ Ve c¢mo
espa¤oles hermanos,/ van apagando su luz peninsular./ El
entreguismo lo apoyan,/ mientras algunos ahogamos la rabia,/ a
otros les afloran las risas de sarc smo./ En los jardines de
Melilla/ no entienden la pesadilla./ Sus flores en primavera/ le
cantan a Melilla entera.
Juan Aranda
m quina de la verdad" del periodista Juli n Lago, donde la
protagonista, cobrando, seg£n tengo o¡do, por estar sentada y
aguantar las dentelladas de las plumas-lenguas afiladas, como
las de Karmele Marchante o Merchante y Mari¤as, ‚ra Carmen
Ordo¤ez, ex de Paquirri, ex del segundo marido y residente en el
amable vecino de enfrente, tal y como figuraba en los carteles
turisticos, junto al desierto, gust ndole el polvo del mismo,
seg£n manifest¢ sonriente. Sobre el polvo del desierto, Mari¤as
jug¢, al menos me lo pareci¢, con la palabra polvo, no el
polvo del camino del Roc¡o y aludiendo a personajes de la alta
sociedad marroqu¡ y las connotaciones que tienen que ver con su
separaci¢n, tengo que hacerle algunas manifestaciones, gratuitas,
yo no cobro, como las que dijo ella, cobrando ?, sobre mi ciudad,
Melilla. Cuando Juli n Lago le pregunt¢ si ella encabezar¡a una
hipot‚tica marcha verde sobre las ciudades de Ceuta y Melilla,
para as¡ apoderarse Marruecos de las dos ciudades hermanas, sin
ning£n rubor ni vergenza torera, de ‚sta debiera tener mucha, y
echandose hacia atr s la melena, como si no tuviera ninguna
importancia, le contest¢ que si Espa¤a, su pa¡s, reclama
Gibraltar, Marruecos puede hacerlo con las ciudades de Ceuta y
Melilla. As¡, lisa y llanamente, se salt¢ a la torera 500 a¤os de
historia espa¤ola en el norte de Africa. Se erigi¢ en
historiadora pobretona e ignorante, porque esa fu‚ la impresi¢n
que di¢ en millones de espectadores dando por sentado que el tema
de Gibraltar y nuestras ciudades africanas tienen un paralelismo
que las comparar¡a a la hora de que Inglaterra NOS DEVUELVA el
Pe¤¢n, lease en may£sculas para diferenciar los dos temas. Juli n
Lago le record¢, muy sut¡l, como lo suele hacer siempre y con un
gesto de incredulidad, que c¢mo una militante de los guerrilleros
de Cristo Rey, tan conservadora, tan derechona y tan patriota
‚lla, pod¡a hacer semejante declaraci¢n, le vino la frescura, o
sea que se qued¢ tan ricamente y con la sonrisa fresca de pi¤os
blancos, toda inocente, a la inocencia tambi‚n los protege Dios,
al igual que a los idiotas e imb‚ciles, con todos mis respetos,
comprensi¢n y amor hacia ellos. Comprenderan que de inocente, la
se¤ora ex de Paquirri y del segundo tambi‚n, no tiene nada de
nada.
No s‚ si es sedici¢n, felon¡a o falta de cultura e
ignorancia de la historia, mas bi‚n ‚sto £ltimo, lo que oblig¢ a
la se¤ora de ex Paquirri y ex del segundo, no recuerdo su nombre,
a manifestarse de la forma que lo hizo sobre nuestras ciudades.
Supongo que ‚sta se¤ora no leer los peri¢dicos, solamente la
prensa del latidor de sangre, que es la que le reporta, seg£n
Karmele, qu‚ lengua ten¡a la Karmele, buenas pelas, pero por si
acaso le llega ‚ste diario con nombre de la ciudad que no le
importar¡a ver en manos del pa¡s que tanto le gusta y se quedar¡a
toda la vida en ‚l, me voy a permitir, seg£n me ampara el ser
espa¤ol y de Melilla y sentirla en todo lo mas hondo de mi
coraz¢n de espa¤ol, hacerle solo una recomendaci¢n: se¤ora Carmen
Ordo¤ez, ex de paquirri y ex del segundo, perd¢n, sigo sin
recordar el nombre, le recomiendo eche un vistazo a la historia y
vea las fechas de 13 Abril 1498, 1 Mayo 1498, 7 Junio 1556, 9
Diciembre 1774 , 24 Agosto 1859, 25 Abril 1861, 26 Junio 1862, 14
Noviembre 1863. Todas ‚stas fechas son de tratados, firmas y
acuerdos entre su pa¡s, Espa¤a, y el que usted tanto admira y
quiere, y al que yo respeto, al pueblo llano y oprimido que es el
que sufre el retraso de la historia, por supuesto. Pero la fecha
que deseo que mas recuerde es la del 15 Septiembre de 1497,
cuando de San Lucar de Barrameda, muy cerca del pueblo de su
primer marido, parti¢ una flotilla de barcos para conquistar
Melilla unos dias mas tarde. Para desarrollar ‚stas fechas y
usted se enterara de la verdadera historia de su pa¡s, Espa¤a,
como ver le estoy repitiendo Espa¤a porque, seg£n usted es muy Špatriota (patriotera), necesitar¡a muchos folios y alg£n que otro
consejo profesional de historiadores, pero le voy a ense¤ar un
poco de mi modesta cosecha sobre la ciudad que me vi¢ nacer, que
es espa¤ola mucho antes de que el amable vecino de enfrente se
configurara como naci¢n.
Se¤ora Ordo¤ez, no pensaba enriquecerla con ‚ste granito de
arena, ¡nfimo en la historia de mi ciudad, pero debe saber que la
historia de una ciudad es el espejo donde se refleja la
idiosincrasia amasada durante siglos en los crisoles de su
cultura, y Melilla, se¤ora Carmen Ordo¤ez, tiene un crisol donde
se funden constantemente varias culturas, la occidental o
espa¤ola peninsular, la isl mica, a la que usted se pasar¡a
sintiendo el peso de su Virgen del Roc¡o y su Macarena. Le
recuerdo que la cultura a la que usted se convirtiera le pasar¡a,
a corto plazo, minimo plazo, una factura por las prebendas de
nuestra cultura occidental, y el polvo del desierto se esfumar¡a
como por encanto, y pasar¡a a engrosar la lista de las sufridas
f‚minas isl micas. Pero siguiendo con el crisol de cultura de mi
ciudad, adem s de la occidental e isl mica, existen la jud¡a y la
hind£. Y sin otro particular, le recuerdo la lectura de la
historia de su pa¡s, le prometo que es riqu¡sima, y cuando le d‚
la vena de hacer declaraciones con tintes de sedici¢n fel¢nica,
pongase el reloj o un anillo en la mano contraria, as¡ no se le
olvidar . Me parece que en Melilla, a pesar de su melena y su
glamour tan chic de revistas del latidero de sangre, no es bien
recibida. Con todo lo escrito, mi voto es de los que no desea
verla paseando por la Avenida Juan Carlos I Rey. Se¤ora Ordo¤ez,
siga con su polvo del desierto y deje a Melilla donde est , que
bastante lleva padecida en sus carnes para que usted venga a dar
el co¤azo con sus declaraciones de ni¤a bien.
Una sombra ladina/ se pasea por Melilla./ Rusadir, con sus
muros de piedras, / llora en silencio l grimas de pena./ Ve c¢mo
espa¤oles hermanos,/ van apagando su luz peninsular./ El
entreguismo lo apoyan,/ mientras algunos ahogamos la rabia,/ a
otros les afloran las risas de sarc smo./ En los jardines de
Melilla/ no entienden la pesadilla./ Sus flores en primavera/ le
cantan a Melilla entera.
Juan Aranda
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